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La Malinche encabeza el Knotfest México 2015

Yo sé que este tema no entra del todo dentro del enfoque que busco darle a esta columna, pero tenía que abordar esta situación…

La siguiente imagen, tomada del Facebook de Disorder Music, resulta una recopilación de diversos comentarios negativos ante la presencia de bandas mexicanas en el Knotfest México 2015, de las cuales se incluyeron en el cartel a HERE COMES THE KRAKEN TANUS. Esto causó cierta conmoción en mí, pues yo soy músico, y me encantaría que mi música tuviera la aceptación primeramente del público de mi propio país. Ya sé que se dice que «uno no es profeta en su propia tierra», pero por ahí se debería empezar, y viendo el panorama que esta imagen proyecta, el futuro no se ve muy alentador.

Por otro lado, hace un par de días me encontré con esto en la página de Facebook del periodista Ricardo Bravo:

 

A PROPÓSITO DE LAS MENTALIDADES chiquitas QUE SE LANZARON CON TODO CONTRA EL ROCK EN TU IDIOMA, SINFÓNICO.
>>SE DEBE Y…

Posted by Ricardo Bravo on Sábado, 22 de agosto de 2015

 

Esta publicación hacía referencia a la grabación del álbum «Rock En Tu Idioma Sinfónico», proyecto desarrollado por Sabo Romo, bajista de CAIFANES. En lo personal no he leído los comentarios negativos a los que Bravo refiere, pero inmediatamente me hicieron pensar en la situación del Knotfest y otros festivales como Hell & HeavenForce Fest.

En ambos casos, con el «Rock En Tu Idioma Sinfónico» y con el Knotfest, sucede la misma cosa: el público menosprecia trabajo nacional, pero sobre todo, rechaza el trabajo nuevo y prefiere refugiarse en lo ya conocido. Que si viene SLIPKNOT, que sólo sean bandas internacionales famosas, nada nacional porque son «malas» y nadie las conoce. Que si los ya consagrados y que tienen el respeto de la audiencia quieren hacer algo nuevo, la gente también se pone en contra.

Ah, pero si salen artistas nuevos pop o tradicional (norteña, banda, ranchera) los fans del género no les hacen el feo, al contrario, se apoyan programas de ambas televisoras como La Voz México o artistas fabricados como TIMBIRICHE o CD9, y son prácticas que se remontan a décadas. Entonces, ¿por qué los seguidores del rock y metal tienen que menospreciar lo hecho en México?

En lo personal acepto públicamente cuando una banda no me agrada, es algo normal, pero también admito cuando me gusta cierta música, da igual lo que diga la gente. El problema es que los rockeros/metaleros generalicen que todo lo hecho en México es malo sólo porque no vende a nivel internacional como las bandas gringas o inglesas. Así como admito que hay algunas bandas como HERE COMES THE KRAKEN que, aunque tienen música de buena calidad, simplemente no son de mi gusto, también me declaro fan de grupos como MOTOR o BLACK NOIZE, a los cuales no tengo inconveniente en apoyar, y puedo aceptar que estas 3 bandas tienen potencial para ponerse a la par de artistas de renombre mundial en sus respectivos subgéneros. Entonces, ¿por qué muchos «fans» mexicanos temen explorar el metal que nuestro propio país ofrece?

Recuerdo un comentario que me hizo hace un mes Alan Rodríguez, propietario de Somnia Studios. Alan me comentó la sorpresa que se llevó hace un año al visitar Suiza y darse cuenta que allá la gente apoya a sus bandas locales. Llegó a ir a un concierto de un acto internacional se percató que el lugar ya se encontraba abarrotado desde la primera banda telonera, a diferencia de la situación mexicana, donde vemos foros casi vacíos durante los actos abridores o apatía a asistir a eventos nacionales o locales, incluso si estos son gratuitos.

Yo quiero ver un festival de metal en el que no excluyan a las bandas mexicanas al escenario feo atrás de los baños, ubicado sobre terracería y con una calidad mediocre de sonido, sino que se incluyan también en el escenario principal. Si tienen la calidad, que muchos sí la tienen, para ponerse al tú por tú con los músicos extranjeros, los organizadores y promotores deben dejar detrás el llamado «malinchismo» y realmente cumplir lo que prometen al decir que sus eventos apoyan al metal mexicano y sirven como una ventana para exponer su trabajo al público nacional.

Es nuestro deber como fans respetar y fomentar el trabajo de los artistas antes de poder exigir a los organizadores de los eventos. Se forma un círculo vicioso en el que, a falta de oferta nacional que compita con la música extranjera, los precios seguirán siendo exorbitantes, y la calidad de los eventos no incrementará. Los invito a todos a escuchar metal de su respectiva localidad y, aunque sea una sola banda la que les guste, realmente apoyarla, y eso podrá hacer una diferencia.

A nuestros lectores fuera de México les pregunto: ¿cómo perciben la situación de apoyo al metal nacional de sus respectivos países? Dejen sus comentarios aquí.