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La pesadilla metalera de Darwin

Los Twenty One Pilots dieron un excelente show el pasado 30 de septiembre. Aparte de que tocan una combinación de géneros no sólo agradable, sino poderosa, sus dinámicas de cambiar de escenario constantemente, enmascararse y acercarse al público hasta dentro de una esfera de plástico, conquistó a todo aquél que presenció el acto de dos horas que incluyó, además, espectáculo audiovisual, animaciones y enérgica iluminación.

Sí, no son metal, pero lo primero que pensé cuando culminó el evento fue «¿desde cuándo en el metal no se ven cosas así?».

En enero pasado, Philly Byrne de Gama Bomb escribió en Team Rock de cómo los clichés del metal están mermando el crecimiento de la escena y tiene toda la razón. Cuando preguntas a cualquier metalero sobre las bandas que tienen los mejores shows, casi siempre se refieren a las grandes internacionales, esas que tienen décadas de trayectoria y quizá son pioneras de algunos subgéneros como Black Sabbath, Rammstein o KISS; jamás se refieren a bandas «menores» y pocas veces se incluye a las nacionales.

Los grandes conciertos se quedan con las grandes bandas, ¿y luego? ¿Qué sigue para las no tan grandes y para las menos mainstream? Es curioso; muchas líricas en el metal hablan sobre política y todo lo que está mal en el mundo, evocan todo eso que debe cambiar pero, ¿cuánto están dispuestas a cambiar las agrupaciones que las gritan?

Cuando Mikael Åkerfeldt dejó de incluir guturales en la música de Opeth y éstos decidieron quitar el «Extreme» en «Extreme prog», muchos los criticaron aún sabiendo que la raíz básica de estos suecos es el rock progresivo. A esto, Åkerfeldt respondió que pocos verían que Opeth seguía siendo metal. Y así como ellos, otras bandas cambiaron sus estilos conforme fueron creciendo.

¿Saben por qué Twenty One Pilots conquistó a audiencias de todas las edades? Para los adolescentes es natural, pues son un grupo de moda; sin embargo, cientos de menos jóvenes (además de los que acompañaban a menores de edad) estuvimos ahí porque descubrimos con este dueto un sonido distinto, una mezcla de estilos que destacó entre toda esa música pop de visión limitada.

La evolución nació del cambio; aplica para todo lo que hay en el universo. Y hoy en día no sólo nos tenemos que adaptar para convivir, sino para sobrevivir, pues se acercan tiempos aún más difíciles.

Lamentablemente dependemos de factores externos para el futuro de la economía en nuestro país; es muy probable que en unos meses sea más difícil traer bandas extranjeras y/o «grandes». Los líderes de opinión dicen que la respuesta está en apoyar a los mercados locales, lo que en nuestro mundo se traduciría a apoyar a la escena local.

Pero lo cierto es que si no hay bandas innovadoras, si no dejamos atrás lo que en un principio nos unió y ahora nos está fragmentando, el sexismo, esa necesidad de enaltecer a la vieja escuela y esos clichés a los que se refiere el vocalista de Gama Bomb, la escena va a desaparecer; por lo menos en México.

Estamos en un momento clave en el que tanto bandas como público, medios y promotores, nos tenemos que poner las pilas y manifestar ese «ingenio» que dicen que tenemos los mexicanos. Y debemos empezar por conocer y apreciar las nuevas propuestas tanto nacionales como internacionales. Y para ello ni siquiera hay que ir a tantos conciertos; Spotify, Deezer, Bandcamp, Musicbed y hasta Soundcloud albergan el catálogo más grande de propuestas nuevas en el mundo, en casi todos los géneros. Y mi aporte, para los que me siguen o me tienen como contacto en Facebook, va a ser recomendar una banda cada semana. De cualquier género, de cualquier país, de cualquier edad. El reto es que tú, que escuchas metal y por ello asumo que por lo menos eres inteligente, escuches y me compartas tu opinión. Esta vez comienzo con Spock’s Beard

Ok, esa no. Hablo de la superbanda de L.A que lleva casi 25 años de carrera y sería un equivalente al Dorian Grey del prog, pues su sonido es increíblemente innovador a pesar de llevar muchos años tocando. Este es de mis discos favoritos.

A esto y a seguir colaborando con este tremendo medio llamado Reina El Metal, me comprometo porque quiero que la escena forme parte de la selección natural de la música del presente y las propuestas del futuro. Y ustedes, ¿qué proponen? ¿O van a dejar que nos extingamos como lo hicieron los dinosaurios?