Transcurrieron cerca de 4 largos años para que los noruegos TAAKE arribaran nuevamente a la Ciudad de México, ésta vez traídos por el promotor Vic Stormlord en colaboración con Letargo Records, quienes ya cuentan con experiencia organizando shows de éste nivel.
En ésta ocasión la celebración negra tuvo lugar la noche del 17 de enero en el Billar Billys, recinto que por unas cuántas horas cobijó la atmósfera de oscuridad, misantropía y desolación que sólo una banda como TAAKE puede crear gracias al arraigo de sus raíces nórdicas.
La impaciente espera
Desde antes de la hora de arranque, las hordas de fans conformaban una fila monumental para acceder al recinto en cuestión, ubicado en las cercanías de Viaducto e Insurgentes. Un servidor llegó puntual a la cita para el evento, listo para disfrutar (en mi caso, por primera vez) de esta agrupación noruega liderada por la ya reconocida figura de Hoest, acompañado por Fredheim y Aindiachaí en las guitarras, V’gandr en el bajo y Brodd en la batería.
A pesar que el acceso al evento se anunció a partir de las 8 de la noche, no fue sino hasta cerca de las 10 que los asistentes logramos entrar para tomar nuestro lugar (la demora se debió a un tardío soundcheck que los estelares realizaron). No obstante, a los pocos minutos de haberse abiertos las puertas de aquel infierno, apareció en el escenario la primera banda invitada.
Calentando las calderas
Debido a un cambio de último momento con la banda programada Opus Diaboli (de origen uruguayo), la banda mexicana VIRGINAL BLOOD (Black/Death Metal, DF) fue la encargada de abrir el concierto. Con una presencia y feeling que contagió a la concurrencia, uno a uno fueron ejecutando sus cortes llenos de agresividad y blasfemia tales como «False Prophet«, «Die With Your God«, entre otros, los cuáles, a pesar de las dificultades de sonido, lograron encender al público, generando incluso un modesto mosh pit entre la fanaticada. Definitivamente la banda se volvió del gusto de los asistentes en especial por su entrega en el escenario.
Fue una pena que su participación haya sido tan breve y que cuestiones de audio hayan opacado por algunos momentos su ejecución (algo que se ha convertido en un fantasma perseguidor y recurrente en eventos internacionales).
Deseamos que pronto quede materializado su EP ‘Serpenth‘, en el cuál han estado trabajando desde hace un par de años.
Posteriormente tocó el turno de los toluqueños RAGNELL (Blackened Death Metal), quienes gozan de una evidente popularidad la cuál se vió reflejada al momento de estar arriba del escenario. Y permítanme decirles que dicha popularidad no es de gratis o comprada: Verdaderamente estuvimos frente a una banda de elite orgullosamente mexicana, que sin mayor pose o necesidad de pintura al estilo corpse-paint, su música es una oda a la brutalidad y excelente ejecución.
Al dar inicio su setlist, impacta el trabajo vocal que logra Eduardo (vocalista/bajista) y Mauricio (guitarrista, coros), ya que realizan un juego de voces graves y agudas que lejos de chocar, parecen serpentear y entrelazarse con las líricas en un armónico duelo de blasfemias y podredumbre en contra del altísimo. Respecto a la batería, ésta sólo emanaba pura violencia, cortesía de la habilidad de su ejecutor, Carlos.
En lo personal, «Ritual of Blood» y «Pope’s Crucifixion«, temas que son parte de su más reciente material titulado ‘Consumed by the Eternal Darkness‘, fueron mis preferidos.
La inminente y espesa niebla noruega se hacía presente
El reloj marcaba las 11 de la noche cuando súbitamente las luces se apagaron, provocando la locura entre los asistentes. En el escenario los integrantes de TAAKE, sin maquillaje e instrumento en mano, comienzan a ejecutar una última prueba de sonido que evidencía fallas de sonido.
Luego de unos 40 minutos de ajustes y tras lidiar con la desesperación y molestia tanto del público como de la misma banda, finalmente TAAKE se apodera del escenario, ya totalmente caracterizados y sin mayor preámbulo, comienzan su presentación con “Nordbundet” (ya sin fallas de audio).
Hoest, con una presencia espectral y macabra, aunada a su técnica vocal áspera y aguda, inmediatamente conquistó a su público, quienes corearon temas clásicos como “Fra vadested til vaandesmed”, “Hordalands Doedskvad Part I”, entre otros.
Como el fin de ésta gira fue la promoción de su más reciente material ‘Stridens Hus‘, los noruegos se rifaron algunos temas incluídos en éste larga duración, como fue el caso de “Det Fins En Prins” y «Orm«, los cuáles fueron bien recibidos por la banda a pesar de no resultarles tan familiares.
TAAKE ejecutó con magistral bestialidad y el público entregado lo agradeció, incluso algunos asistentes de manera poco ortodoxa al género al hacer «mosh pit» (tache para los thrashers).
Durante los descansos entre rola y rola, la banda (en especial Hoest) se dio el gusto de refrescarse con unos cuántos tragos embriagantes directos de la botella, al grito de “¡Salud!”, lo cuál permitió que se relajaran al grado de posar para los asistentes que no perdían oportunidad de tomar fotografías con sus celulares o cámaras de bolsillo.
Uno de los momentos más memorables fue cuando Hoest tomó una bandera de México (personalizada con el nombre de la banda) y la elevó con ambos brazos, gesto que los asistentes agradecieron de manera estridente entre gritos y aplausos.
Definitivamente los noruegos dieron un show de primera impregnado de maldad, herejía y oscuridad, el cuál se prolongó cerca de 2 horas (finalizó aproximadamente a la una y media de la mañana).
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Lo bueno
– Las bandas locales lucieron prometedoras y demostraron tener una energía que contagió y sedujo a los asistentes. La respuesta del público ante sus presentaciones fue positiva.
– Tras los ajustes realizados al inicio de la participación de los estelares, el audio fue bueno durante el resto de la noche.
– La entrega y trato de TAAKE para con el público fue ejemplar, en todo momento se mostraron amigables.
– La organización, salvo algunos detalles, merece reconocimiento.
– A pesar de la hora en que terminó, habían varias opciones de transporte público para el regreso.
Lo malo
– Las fallas presentadas en el sonido, tanto con las bandas locales como al inicio de TAAKE que demoraron bastante para corregirlo, pues puso en riesgo la continuación del evento o que tuviera consecuencias que lamentar (pues algunos asistentes comenzaron a mostrar repudio e intolerancia hacia la organización).
– La demora en el acceso y por ende el arranque del evento.
– Hubo una queja general sobre las condiciones y precio de la cerveza, la cuál estaba tibia y tenía exceso de espuma (sin ella sólo era medio vaso de líquido), además que el precio de $45 por un vaso de 355 ml era excesivo.
– El público obstinado en tomar fotos o video, que sólo entorpece la vista de los demás y no disfruta al 100% del show.
– Gracias a la respuesta del público, el lugar resultó insuficiente en capacidad, resultaba verdaderamente difícil moverse. Quizá habría que considerar un foro con mejores prestaciones para éste tipo de conciertos.
Esperamos que tanto el organizador como el público no dejen pasar por inadvertidas éste tipo de situaciones para futuros shows, siempre con el objetivo de ofrecer y disfrutar de mejores conciertos.
Corresponsal: Jorge Ávila
Redacción: Julio Solórzano